La historia y la geografía españolas han dado a nuestro idioma una
vastísima cantidad de expresiones, refranillos y frases hechas que han ido
enriqueciendo la lengua de Cervantes y Quevedo, de Góngora y Garcilaso, de
Berceo y Pérez- Reverte. Entre las ciudades que han aportado expresiones
famosas y empleadas por casi todos los hablantes de España, está Granada.
La ciudad andaluza junto con toda su provincia, ricas la una y la
otra en todo tipo de manifestaciones culturales y en historia, no podían no dar
también al idioma una parte de su genio. Estas son algunas de las expresiones
que Granada nos ha dado.
Ser más feo que Picio
Ser más feo que Picio
Esta expresión se ha convertido en la verbalización estándar de la
fealdad suprema y, para desgracia de muchos, no pasa de moda pese a que los
siglos sí pasen por ella. Aunque este personaje quedó como muestra de fealdad,
al menos su historia tuvo un final aceptablemente feliz.
Francisco Picio era un pobre zapatero de la localidad granadina de
Alhendín que fue llevado ante los tribunales de Granada por razones no del todo
claras – recuérdese que la ciudad ha estado muy ligada a la justicia ya desde
tiempos de los Reyes Católicos–. El zapatero fue hallado culpable y condenado a
muerte, y para tal trance estuvo el pobre hombre preparándose.
Dicen que cuando estaba en la capilla rezando antes de ir al cadalso, recibió la noticia de su indulto. Fue tal el impacto, que perdió el cabello, las cejas, y demás vello facial; así como los dientes; y unos tumores desfiguraron su rostro, quedando para siempre como el arquetipo de fealdad pero vivo para contarlo.
Dicen que cuando estaba en la capilla rezando antes de ir al cadalso, recibió la noticia de su indulto. Fue tal el impacto, que perdió el cabello, las cejas, y demás vello facial; así como los dientes; y unos tumores desfiguraron su rostro, quedando para siempre como el arquetipo de fealdad pero vivo para contarlo.