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La historia y la geografía españolas han dado a nuestro idioma una vastísima cantidad de expresiones, refranillos y frases hechas que han ido enriqueciendo la lengua de Cervantes y Quevedo, de Góngora y Garcilaso, de Berceo y Pérez- Reverte. Entre las ciudades que han aportado expresiones famosas y empleadas por casi todos los hablantes de España, está Granada.
La ciudad andaluza junto con toda su provincia, ricas la una y la otra en todo tipo de manifestaciones culturales y en historia, no podían no dar también al idioma una parte de su genio. Estas son algunas de las expresiones que Granada nos ha dado.

Ser más feo que Picio
Esta expresión se ha convertido en la verbalización estándar de la fealdad suprema y, para desgracia de muchos, no pasa de moda pese a que los siglos sí pasen por ella. Aunque este personaje quedó como muestra de fealdad, al menos su historia tuvo un final aceptablemente feliz.
Francisco Picio era un pobre zapatero de la localidad granadina de Alhendín que fue llevado ante los tribunales de Granada por razones no del todo claras – recuérdese que la ciudad ha estado muy ligada a la justicia ya desde tiempos de los Reyes Católicos–. El zapatero fue hallado culpable y condenado a muerte, y para tal trance estuvo el pobre hombre preparándose.
Dicen que cuando estaba en la capilla rezando antes de ir al cadalso, recibió la noticia de su indulto. Fue tal el impacto, que perdió el cabello, las cejas, y demás vello facial; así como los dientes; y unos tumores desfiguraron su rostro, quedando para siempre como el arquetipo de fealdad pero vivo para contarlo.



  En la Atenas del período preclásico, los principales magistrados eran los arcontes: el arconte rey; el polemarco, jefe del ejército, y el arconte epónimo, jefe de gobierno y magistrado principal. Este último daba su nombre al año en que desempeñaba su gestión. En la actualidad, epónimo se aplica al 'nombre de una persona o de un lugar que designa un pueblo, una época, una enfermedad, una unidad'. Así, el nombre de Napoleón designa la era napoleónica, y el apellido del médico británico James Parkinson es epónimo de la enfermedad de Parkinson, como el del ingeniero escocés James Watt lo es del vatio o watt. 

Epónimo proviene del griego eponymos 'el que da su nombre a algo', formado por epi- 'sobre' y onymos 'nombre'. 


Muchas han sido las meteduras de pata ortográficas vistas en cualquier orden de la vida pero la que se vio ayer en Rincón de la Victoria (Málaga) sobrepasa ciertos límites. El Ayuntamiento de esta localidad malagueña, para conmemorar el Día del Medio Ambiente, desplegó una pancarta en pleno paseo marítimo que rezaba lo siguiente: "AYUNTAMIENTO RINCÓN DE LA VICTORIA. ÁREA DE MEDIO AMBIENTE Y PLALLAS". El titular de la concejalía responsable de tal campaña, como no podía ser de otra manera, culpó a la imprenta del error tipográfico.

Noticia en la prensa malagueña.

La Opinión de Málaga: "Aquí no hay plalla"
SUR: Las "plallas" de Rincón se hacen famosas
Elplural.com: "Conozca las `plallas`de Rincón de la Victoria".




La cuestión es que no es el único error que podemos encontrar en la vía pública tras los que se esconden ayuntamientos y empresas afines. Muestra de ello véanse las siguientes fotografías. La primera se encuentra en el parque de Cristina (Sevilla). Se trata de un mojón a ras de suelo que nos sitúa en el paseo de un reconocido poeta sevillano, LUÍS CERNUDA. Hasta la fecha, el nombre "Luis" es diptongo-monosílabo, por lo que no se debe acudir a la tilde.


La segunda muestra hace referencia a la campaña de recogida de aceites que el Ayuntamiento de Sevilla, a través del servicio de limpieza municipal (Lipasam), llevó a cabo para concienciar a la ciudadanía sobre el reciclaje de aceites domésticos. Lo que sucede en esta ocasión es que la imprenta vuelve a hacer de las suyas colocando una tilde en DIRÉCTAMENTE. Se ve que se ha entendido el adverbio como esdrújula sin tener en cuenta que la regla indica que: "Estas palabras conservan la tilde, si la había, del adjetivo del que derivan: fácilmente (de fácil), rápidamente (de rápido); pero cordialmente (de cordial), bruscamente (de brusco)".

Fotografía
A pesar de todo ello, es necesario reflexionar sobre la dificultad que entraña el castellano. Nadie debe caer en la autosuficiencia de saberse sin faltas de ortografía, o cuando menos, dudas que hayan hecho tambalear la regla de la "b" o la "v", por poner un ejemplo. Por lo tanto, lo grave no está en tener dudas, ni muchísimo menos en cometerlas, sino en la falta de celo en la revisión de un texto que va a ser difundido ante los ojos de miles de ciudadanos, en la falta de profesionalidad escalonada desde el edil que encarga la campaña hasta el operario responsable de difundirla. Son muchos los ojos que "supervisan" un trabajo que posteriormente llega a la calle impunemente. 
"¿En qué manos nos encontramos?" No lo sé, pero ya nos podemos ir haciendo una idea.


  El periodismo en particular y los medios de comunicación en general tienen una gran culpa en ello, como grandes difusores de la lengua que son. A muchas personas sorprenderán algunos de los verbos que presentamos a continuación, puesto que su uso es habitual en televisión o en los periódicos pero, al menos hasta que la Real Academia de la Lengua y otras organizaciones como la Fundeu (Fundación del español urgente) tomen cartas en el asunto, quizá deberíamos revisar el uso que hacemos de ellos.
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¿Por qué la RAE acepta aberraciones como almóndiga y asín y, sin embargo, destierra negrísimo para defender nigérrimo? Esta es una de las cuestiones que se plantea la periodista María Irazusta en el libro Las 101 cagadas del español (Espasa). A lo largo de sus páginas, la madrileña repasa, a menudo con humor, asuntos de este tipo, pero sobre todo incide en los errores que conforman nuestros bestiario de desafueros lingüísticos. Le pedimos que seleccione para ICON las meteduras de pata más frecuentes en castellano. Tomen nota.